El Real Madrid más gladiador de la temporada salió triunfante (y vivo) del Coliseum tras derrotar a un belicoso Getafe, el rival más incómodo del mundo. Un solitario gol de Arda Güler dio la victoria al equipo de un Ancelotti que rotó a casi todos sus titulares con la vista puesta en la final de Copa. Los blancos siguen a cuatro puntos del Barcelona y la Liga, aunque dificilísima, aún es posible.
Ancelotti, como Froilán, sólo pensaba en copas. Concretamente, en la del tío de Froilán, Su Majestad Felipe VI, que entregará la suya, la Copa del Rey, este sábado en el palco de La Cartuja. Allí (en el césped, no en el palco) se las verá el Real Madrid ante un Barcelona que da más miedo que María Jesús Montero y por eso Carletto, sabedor de que la Copa puede ser precisamente el último título de su laureado currículum con el Madrid, se guardaba mucho. Casi todo.
Reservado Mbappé, que ni se subió al autobús destino Getafe, tampoco jugaban ni Rüdiger, ni Camavinga, ni Bellingham, ni Ceballos ni Modric, que serán titulares el sábado contra el Barcelona. Al Coliseum (ex Alfonso Pérez) saltaba el Real Madrid con un inédito once formado por Courtois; Lucas, Asencio, Alaba, Fran García; Tchouaméni, Valverde; Güler, Brahim, Vinicius; y Endrick. Equipo novedoso y joven que tenía por delante la labor de ganar para no entregar (todavía) la cuchara de la Liga.
Enfrente Bordalás, intimísimo de Ancelotti y paradigma del fútbol de lija, del fútbol de Ducados sin boquilla, del fútbol de botas de tacos y cordones atados por encima de la espinillera, de un fútbol que convertiría a Chuck Norris en una nenaza. Mal día para que el Real Madrid se rajara porque jugar ante el Getafe de Bordalás es como ir a la playa sin sombrilla, sin chanclas y sin cerveza.
A eso de las nueve y media echó a rodar la pelota sobre el césped del Coliseum. A los 15 segundos Duarte ya le había dado el primer pescozón en las costillas a Endrick sin balón. Le dejó doblado por la mitad para que supiera donde se había metido. Sánchez Martínez le advirtió sólo de boquilla. Luego Milla culminó una buena jugada del Getafe con un tiro blandito que atrapó Courtois.
El Getafe pega con todo
Los primeros seis minutos fueron un escándalo de fútbol violento del Getafe. Duarte le pegó tres tantarantanes a Endrick pero también repartieron lo suyo Djené y Arambarri, que también aportaban su dosis de leña. Los jugadores de Bordalás no hacían sino repartir estopa. Los del Real Madrid bastante tenían con mantenerse en pie y hasta con vida si me apuran.
Siguió pegando y pegando el Getafe con la complicidad de Sánchez Martínez. A los 15 minutos fue Alderete el que le sacudió a Endrick sin balón para seguir marcando paquete. La tendría en la cabeza Borja Mayoral con un centro al segundo palo que cabeceó mal. Respondería el Real Madrid con una buena jugada de Lucas Vázquez que culminó Fran García por la banda izquierda con un disparo al que opuso una buena mano David Soria.
No había mucho partido, en parte porque el Madrid no podía y en parte porque el Getafe no le dejaba. En el 21, si antes lo decimos, llegó el gol del equipo de Ancelotti. Arrancó la contra Vinicius, replegó el Geta, el balón llegó a Brahim en el área y el rechace cayó en los pies de Arda Güler. El turco, rodeado de azulones, se sacó un disparo seco que pilló tapado a David Soria. El meta del Getafe reaccionó algo tarde y no pudo evitar el 0-1.
Güler crece con el Madrid
El tanto tranquilizó al Real Madrid, que se hizo con la pelota y siguió evitando emboscadas. Brahim y Güler veían volar las balas en forma de piernas de los jugadores del Getafe. Ambos, especialmente el turco, estaban participativos e inspirados. Lo notaba el Madrid en su juego fresco y directo. Endrick, que tampoco se arrugó, tuvo en sus botas el 0-2 pero lo evitó bajo palos Djené con David Soria ya batido.
De ahí al final el partido fue del Madrid, que se adueñó de la pelota y sometió al Getafe, que no tenía ni a quién pegar. Notable primer tiempo en actitud del equipo de Ancelotti y en juego de Fran García por la banda izquierda y de Güler en el centro del campo. Al descanso salió Camavinga por Alaba y Tchouaméni retrasó su posición al centro de la defensa.
Siguió dominando el Real Madrid y Endrick perdonó el 0-2 en una jugada mal resuelta con una vaselina irrisoria. Trató de estirarse el Getafe y la tuvo Álvaro, ex canterano madridista, en un cabezazo a centro de Coba que se marchó desviado por poco. Sin Tchouaméni en el centro del campo sufría mucho el equipo de Ancelotti, que se desesperó con Camavinga y le quitó del mediocentro para colocar a Fede Valverde.
Ancelotti mueve el banquillo
La tuvo Brahim poco antes de la hora de partido pero su disparo dentro del área le salió tan blandito que la desvió David Soria. Fue entonces cuando Ancelotti decidió que era la hora de que Bellingham se pusiera su armadura en el hombro y supliera a Endrick. El partido ya estaba roto y Vinicius en el 66 decidió jugarse en solitario un contragolpe que él mismo había gestado. Tenía solitos a Bellingham y a Fede Valverde, pero eligió tirar -chupón, chupón, chupón- en vez de regalarle el gol a cualquiera de sus compañeros.
Luego perdonó Arambarri el gol del empate en una buena contra del Getafe. Se quedó solito dentro del área de Courtois y, cuando parecía que iba a marcar, la echó fuera. Metió entonces Ancelotti a Rodrygo por Vinicius y a Ceballos por Güler. El partido ya estaba finiquitado, porque en los últimos minutos ni el Madrid quiso que se jugara ni el Getafe pudo.
Aún le daría tiempo a Camavinga en los minutos finales a hacerse daño en la ingle en una jugada en la que cayó en mala postura tras la entrada de Milla. Iba a ser titular en la final de Copa y tiene pinta de que para él ya se ha acabado la temporada. Resistió el Real Madrid las embestidas del Getafe en los minutos de prolongación gracias al de siempre, Thibaut Courtois, y abrochó una victoria sufrida y meritoria que le mantiene a cuatro puntos de Barcelona en una Liga que está tan cerca y a la vez tan lejos para el equipo de Ancelotti.